NEURÓNIKA

NEURÓNIKA
¿Cómo escapar de la corriente continua de los Pixies? Los Pixies son crueles y elegantes. Emiliante dice que eso es puro pop con daño y Remo asiente.

dimanche 15 avril 2012

Sobre Carmina/ Andrés García Cerdán

(Ilustración: La casa verde, Karmina Ramírez 2012)

Los poemas más antiguos de Carmina nacieron hacia 2005. En ellos está mi fascinación por la literatura de los otros y mi fascinación tranquila ante los otros que hay –poéticamente– en mí. Me parece esencial esta necesidad de revolverse sobre uno mismo y sobre las entrañas del lenguaje. Mis libros iniciales –Los nombres del enemigo, Los buenos tiempos, La cuarta persona del singular, Curvas- fueron libros de un buscador, libros escritos para el asalto del siglo al tren de la poesía. Un acto de amor caníbal. Una experiencia de ruptura de límites (“No conozco los límites del cielo/ Porque no tiene límites será”, digo en El cielo). En Carmina, ahora, me atrevo a esa ruptura que consiste en vivir dentro de un poema, dentro de su carne, donde cada día es una fiesta, donde amanece hímnicamente una y otra vez. En Carmina canto la sensación de tener mucho tiempo y, por ello, no querer perderlo. No ver la muerte de las estrellas: solo su brillo, sentir la vibración de las montañas a mi alrededor. De rabia están hechos, sin embargo, otros poemas (Rage, rage against the dying of the light!, dice Dylan Thomas), y de conciencia de finitud y, por supuesto, de un peligro tan hermoso como el de Nietzsche. Por último, creo que casi siempre, para ser honestos, escribir un poema es aprender a hablar, aprender a decir de una sola forma lo que se dice una sola vez.

(Texto para el catálogo de la presentación de Carmina en FNAC Castellana, Madrid, el día 2 de junio de 2012)

Stukas
Como un milagro, el agua de tu nombre
sostiene el mundo. Yo lo habito
con la fluidez melancólica
de una ballena ártica. En tu nombre
dejo escrito mi nombre.

Las letras glaciales del cielo,
que se abre para nosotros,
nos escriben.